Se conocen como úlceras crónicas aquellas heridas que no cicatrizan en un período largo de
tiempo, caracterizadas por presentar un área necrótica en el sitio de lesión con un centro
purulento y sanguinolento, causando dolor en la persona que la padece. Causan una respuesta
inflamatoria crónica produciendo un daño mayor en el tejido y evitando la cicatrización del
mismo. Planteamos un modelo que relaciona la gravedad de las úlceras vasculares (venosas
y/o arteriales), infecciosas (
Mycobacterium ulcerans
) y las asociadas a alteraciones
inmunológicas (desbalance entre el perfil de citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias), lo
que conlleva a un proceso de inflamación crónica evitando la cicatrización del tejido ulcerado.